De niña recibí regalos,
pero como no crecí al lado de mi padre siempre añoré un regalo suyo. Nunca viví
lo que era que papá llegara con una caja de regalo para mí, que de su interior
saliera una linda muñeca y yo corriera feliz a sus brazos para darle muchos
besos de agradecimiento. Por eso fue que pasados los años, al tener mi primer
encuentro personal con Jesús, le pedí un regalo especial, algo que me ministrara
el amor del padre que no tuve. Entonces sucedió algo maravilloso, ese día me llegó un presente de mi Padre
Celestial: era un regalo con una etiqueta de los cielos, pero en el no venía una muñeca sino con una linda
y lanuda ovejita, y con ella el amor paternal que tanto había anhelado. Así Dios
me dio el diseño del personaje Hefzi-bá, que con el tiempo se convirtió en la
empresa que ustedes hoy conocen como Ovejitas & Ovejitas.
Dedico este testimonio a
Roosevelt Muriel, la persona que un día me habló de Jesús, el dador de regalos
que se convierten en grandes sueños que se hacen realidad.
Hoy sé por experiencia
propia que Dios quiere regalarnos y bendecirnos más de los que podemos imaginar
o pedir. ¿Pero sabes que es lo más hermoso? que todavía el cielo está lleno de
regalos y en uno de ellos hay uno con una etiqueta que lleva tu nombre. Deseo de
todo corazón que este año para ti descienda de los cielos ese regalo especial y
que el Señor te sorprenda con su amor.
Espera pronto una nueva historia...